La Ley de Atracción te proporciona siempre la esencia de tus pensamientos. Sin Excepción. Consigues aquello en lo que piensas, te guste o no. Con el tiempo y con la práctica, llegarás a tener presente que la Ley de Atracción siempre es coherente. No te engaña. No te traiciona. No te confunde, pues la Ley de Atracción responde precisamente a las vibraciones que emites. Para muchos, la confusión obedece a que emiten vibraciones sin darse cuenta de lo que hacen. Saben que desean algo específico y que no han obtenido lo que desean, pero a menudo no se dan cuenta de que buena parte de los pensamientos que ofrecen contradicen lo que desean.
Cuando comprendas como funcional tu Guía Emocional, no volverás a ofrecer vibraciones sin saber que lo haces. Y con el tiempo. Adquirirás una conciencia tan clara de tus valiosas emociones que sabrás, en todo momento, si el pensamiento en el que te centras actualmente te acerca o te alejas de lo que deseas. Aprenderás literalmente a -sentir- si te diriges a aquello que deseas, en todos los aspectos.
La base de tu mundo es el Bienestar. Puedes permitir o impedir que fluya a través de ti, pero la base es el Bienestar. La Ley de Atracción dice. Todo lo que se asemeja se atrae. Así, la esencia de aquello a lo que prestas atención se está desarrollando en tu experiencia. Por consiguiente, no hay nada que no pueda ser, hacer o tener. Así es la Ley de Atracción.
Pide y se te Dará
Esther y Jerry Hicks
Editorial Urano