Yo digo que es inútil desperdiciar la vida en un solo
camino, sobre todo si ese camino no tiene corazón.
- Pero, ¿cómo sabe usted cuándo no tiene corazón un
camino, don Juan?
- Antes de embarcarte en cualquier camino tienes que
hacer la pregunta: ¿tiene corazón este camino? Si la respuesta es no, tú mismo
lo sabrás, y deberás entonces escoger otro camino.
- ¿Pero cómo sé de seguro si un camino tiene corazón o no?
- Cualquiera puede saber eso. El problema es que nadie
hace la pregunta, y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino
sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En esas circunstancias muy
pocos hombres pueden parar a considerar, y más pocos aún pueden dejar el
camino.
- ¿Cómo debo proceder para hacer la pregunta apropiada, don
Juan?
- Pregunta nada más
- Lo que quiero decir es si hay un método indicado para
que yo no me mienta a mí mismo y crea que la respuesta es sí cuando en realidad
es no
- ¿Por qué habrías de mentir?
-Tal vez porque en el momento el camino es agradable y me
gusta
- Esas son tonterías. Un camino sin corazón nunca es
disfrutable. Hay que trabajar duro tan solo para tomarlo. En cambio, un camino
con corazón es fácil: no te hace trabajar por tomarle gusto.
Carlos Castaneda
Las Enseñanzas de Don Juan
Fondo de Cultura Económica
No hay comentarios:
Publicar un comentario